Bienvenida a la luz

El equilibrio entre tipo y cantidad de luz que recibe un espacio permite trasformar el modo en que éste se percibe, realzar o atenuar efectos decorativos y hasta intensificar el valor de muebles y objetos. Por el contrario, un mal uso de la iluminación puede echar a perder una buena idea decorativa.

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La base de toda iluminación es la luz. La naturaleza nos da un foco de luz utilizable que es el sol, pero no es suficiente, ya que nuestra vida social se desarrolla también durante las horas posteriores a la puesta del sol; por eso es necesario valernos de sistemas de luz artificial.

Durante la reforma o decoración de espacios interiores es preciso planificar con detalle las fuentes de luz tanto naturales como artificiales. La iluminación artificial será una claro protagonista a tono con el espacio y los objetos, pero durante el día se deben aprovechar al máximo, y con la mayor cantidad de recursos posibles, las fuentes de luz natural de que dispongamos.

QUE ENTRE EL SOL

El ingreso de luz natural a una habitación está dado por su orientación geográfica (el punto cardinal al que mira), su entorno inmediato (por ejemplo, si hay un edificio enfrente o no) y el tipo de aberturas que se utilizaron para su construcción.

Por ello, el esquema de luz natural en diseño de interiores es tema casi excluyente del constructor y, excepto por algunas pequeñas reformas de obra, no podemos modificar esta condición estructural.

Sin embargo, contamos con una serie de recursos que nos permitirán manipular la luz natural existente en busca de un mejor aprovechamiento.

– Si la ventana está centrada al medio de la pared permite una luz de mayor intensidad y más uniforme. Si la ventana está descentrada, o sea más cerca de una pared que de otra, el efecto será el contrario.

– Para un mejor paso de luz es importante no obstaculizar las aberturas. En el interior, evitar muebles y objetos que deduzcan el paso de luz; en el exterior, situar plantas, árboles o macetas fuera del campo visual.

– Los colores blancos y amarillos son elecciones seguras para ganar luminosidad. Los colores suaves, claros o pasteles siempre aportan claridad y sensación de amplitud.

– Las superficies blancas o brillantes reflejan mejor la luz. Los suelos claros y brillantes, un sillón tapizado en tela blanca o un mueble en madera clara, permiten una mayor refracción de luz.

– Las cortinas deben ser preferentemente en telas claras, poco tupidas y con tramas abiertas, por ejemplo, la gasa, el lino y el organdí.

– Al elegir telas, tenga en cuenta que los tapizados con grandes estampados pueden oscurecer el ambiente.

– Los muebles más grandes deben situarse pegados a la pared, rodeando la habitación, para permitir que la luz llegue hacia todos los rincones.

– Las repisas o bibliotecas, principalmente las más grandes, pueden colocarse apoyadas a la pared y sin fondo, de modo que absorberán menos luz y harán más luminosa la estancia.

CUANDO FEBO nO ALCANZA

La utilización de fuentes de luz artificial debe estar orientada a una óptima visibilidad, tanto en la totalidad de los espacios como en sectores concretos que requieran de iluminación especial, sin por ello dejar de lado el aspecto decorativo, ya que la luz condiciona el modo en que se perciben los otros elementos de la decoración.

La luz artificial puede afectar la decoración y la percepción del espacio en general, realzando, atenuando o variando los colores, las formas y las texturas.

Tenga presente que, en muchos casos, con sólo renovar la iluminación se pueden lograr grandes cambios en la decoración. A veces el cambio puede estar dado por incorporar a la llave de encendido un interruptor de intensidad o dimmer que permita crear diferentes climas con la misma lámpara.

Cuando pensamos en cómo iluminar una habitación no debemos olvidar que debe tener un sentido de unidad con el resto de la casa. Organizar un esquema lumínico general requiere definir qué función, tanto estética como práctica, cumplirá la luz artificial en cada uno de los ambientes.

La combinación de distintos tipos de luz en un mismo espacio (general, puntual, de ambiente o decorativa), que además enciendan de manera independiente, permite interesantes recursos decorativos.

Debe procurarse que la luz natural sea suave, evitando el deslumbre o la falta de luz indispensable para ver donde caminamos. Los otros tipos de luz vendrán luego, destacando alguna zona en particular o distribuyendo otras luces en áreas de trabajo o zonas de lectura.

CÓMO ELEGIR LÁMPARAS

No hay que tener miedo de iluminar bibliotecas. Una biblioteca sin iluminar puede dar un aspecto oscuro al lugar. Puede hacerlo mediante apliques externos que enfoquen directo a la biblioteca o con luces empotradas en su interior.

Las luces de lectura o trabajo corresponde colocarlas a la izquierda si la persona es diestra o a la derecha si en cambio es zurda. En ambos casos lo ideal es acompañarla con una luz general suave para evitar deslumbramientos.

Conviene comprar las lámparas de mesa y de pie luego del resto de la decoración, teniendo en cuenta su altura y volumen.

Las lámparas de pie suelen ser más flexibles en decoración que las de mesa, ya que pueden ser movidas por la habitación o cambiadas de lugar, casi sin problemas.

Utilice lámparas con brazos o altura regulables; ésto le dará una mayor flexibilidad.

Tenga en cuenta además que las paredes, objetos, texturas, superficies y telas claras aportan luminosidad.

EN EL JARDÍN

Aunque está claro que no vamos a usar tanto las zonas exteriores de casa en los meses de frío, no debemos olvidar su cuidado, su estética y su decoración, sobre todo si se trata de espacios exteriores por los que atravesamos diariamente, o espacios exteriores que quedan a la vista aún en invierno.

Un camino de luces en el pequeño paseo del jardín hasta casa, también es una buena idea para decorar una zona exterior en invierno.

Aunque podemos idear miles de formas para decorar esta zona de la casa, debido a la disminución de luz en los meses de frío, una propuesta interesante es aprovechar el recurso de la iluminación artificial.

+datos EFECTOS

– La luz intensa provoca energía, mientras que la luz suave puede dar sueño.

– Un exceso de luz intensa puede producir deslumbramiento, y con ello fatiga y dolor de la vista.

– El exceso de luz puede estar dado por varios factores, tanto por una mala colocación del artefacto, como por excesivo contraste entre luces y sombras.

– La luz cálida tiende a relajar y hacernos sentir a gusto, mientras que la luz fría nos tranquiliza.